Macri y el laberinto
del kirchnerismo:
La victoria de
Macri en las últimas elecciones presidenciales en Argentina ha despertado gran
expectación por parte de las oposiciones latinoamericanas que batallan contra
el llamado socialismo del siglo XXI. Este movimiento político, nombrado así por
Hugo Chávez, cabeza visible del movimiento hasta su muerte, ha logrado avances
en materia de lo social en América Latina; aunque la manera de gobernar un
tanto autoritaria, y desde luego revanchista han creado un ambiente de crispación y división
a lo largo del continente. A día de hoy en los países donde gobiernan o han
gobernado políticos de esta sensibilidad hay un gran un rastro de
corrupción de estado y de pobreza subsidiada. Las grandes transformaciones
sociales prometidas no se han cumplido. Si bien en la gran mayoría de estos
países se ha erradicado la extrema pobreza, la pobreza en sí ha
aumentado, casi llegando hacer desaparecer las clases medias, poniendo en peligro el frágil equilibrio social en estos países. Es más, otros líderes de izquierdas del continente han alzado la voz
contra el llamado grupo de Sao Paulo. Mugica, ex presidente de Uruguay, y
Michelle Bachelet, presidenta de Chile, en algunas ocasiones han criticado
fuertemente la forma de gobernar de estos al considerarla contraproducente
para “el pueblo”.
Juntando los gobiernos de Néstor
Kirchner y su mujer Cristina Fernández de Kirchner han pasado 13 años de esta dinastía en el poder. 13 años en los cuales Argentina recuperó la estabilidad política después de unos años muy duros en los que se sucedieron un sin número de
gobiernos, el corralito y la devaluación descontrolada del peso. Argentina se
encontraba en una crisis ya no solo económica (muy normal en la zona Americana)
pero sobre todo de liderazgo. Aquí aparece Néstor Kirchner, líder de
partido Justicialista y cara nueva para la política nacional. Después de una
buena labor como gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor gana la
presidencia de Argentina e inmediatamente se puso manos a la obra estabilizando
la economía argentina y reduciendo el paro de forma implacable entre 2003 y 2007. A todo esto,
siempre estuvo salpicado por escándalos de corrupción y acusaciones de todo
tipo, sobre todo de autoritario y de poco amigo de la prensa. Con su fallecimiento
salta a escena su mujer, Cristina Fernández y aquí es donde el Kirchnerismo
empieza a tejer una red mucho más cercana al populismo Chavista que antes.
Mientas Néstor
sentía simpatía con el líder venezolano, Cristina tenía devoción. Fernández
veía a Néstor como el nuevo Perón y ella quería ser la nueva Evita. Los 5 años
de Néstor Kirchner fueron buenos para Argentina, pero los siguientes 8 de
Cristina han sido nefastos para el gigante sudamericano, y es aquí donde me
quiero centrar. Cristina creo un estado paternalista, un estado populista para
asegurarse el poder. Además de cerrar periódicos críticos con su labor siempre se sintió su presencia entre escándalos de todo tipo, y en sin numero de bloppers. Mientras hacia todo esto, los aviones tango 1 y tango 2
eran enviados a Santa Cruz con los únicos pasajeros de vuelo siendo las compras
de la presidenta. La pobreza contra la que luchó su marido de incrementó así
como la inflación del peso. Argentina a día de hoy no está en el lugar donde la
recibió Cristian, pero desde luego no esta tan mal como la recibió Néstor.
El problema de Argentina a día de hoy no es
solo aún económico y social, es que Macri va a tener que luchar contra la red burócrata tejida por los Kirchner durante los 13 años de “reinado”.
No solo es contra los problemas de Argentina, también contra las
mismas instituciones que el preside. Una de las soluciones es tratar de meter gente leal a Argentina y no a Kirchner o
peor solo a ellos mismo. Mauricio Macri tuvo más o menos la misma labor cuando
llegó a la alcaldía de Buenos Aires, y logró desenredar aquel entramado con relativo éxito. Ahora le toca hacerlo a escalada
nacional, ¿estará a la altura? Todos los ojos del mundo están puestos sobre él,
sobre todo los de los países que ven en él el espejo a seguir para luchar
contra el yugo del populismo personalista que se ha impuesto en muchos países de
Hispanoamérica. Si Macri logra hacer, sobre todo a corto plazo, una buena labor con resultados demostrables en lo económicos y social, será por que pudo desenredar las
administraciones, y lo normal sería que un efecto dominó recorra tarde o
temprano el resto del continente, donde los resultados variarán obviamente. De no logra hacerlo, lo más probable es que
el Kirchnerismo vuelva con fuerza dentro 4 años asegurando ser la única fuerza capaz de gobernar en Argentina.
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